‘1 docente, 1.000 futuros’ es una campaña audiovisual impulsada por ANPE Canarias con el objetivo de visibilizar y poner en valor la labor del profesorado en el Archipiélago. A través de entrevistas en formato videopódcast, docentes de distintas islas comparten sus experiencias, retos, motivaciones y reflexiones sobre la educación.
La iniciativa ha contado para su grabación con la colaboración de la Fundación CajaCanarias y la Fundación La Caja de Canarias. Ofrecemos en estas páginas un resumen de las dos primeras entrevistas publicadas.
La propuesta nace de la necesidad de reconocer públicamente el papel esencial que desempeña el profesorado en la construcción de una sociedad más justa y preparada. Cada episodio permite conocer de cerca el lado más humano de la profesión docente, habitualmente invisible y poco reconocido. Las conversaciones ofrecen una mirada profunda a la vocación, el compromiso y la entrega que caracterizan al magisterio en las Islas. Las voces que protagonizan esta campaña reflejan la pluralidad de contextos y especialidades que conforman el sistema educativo público. A través de sus testimonios, descubrimos cómo cada docente, con su labor diaria, contribuye a moldear el futuro de cientos de estudiantes. La campaña busca que la ciudadanía se acerque a una realidad muchas veces desconocida y valore la influencia decisiva que ejerce cada profesor o profesora en la vida del alumnado.
Además, esta serie tiene un claro componente inspirador, tanto para quienes ya ejercen la docencia como para quienes se están formando para ello. Rescata historias reales que emocionan, motivan y reivindican el valor del trabajo bien hecho en el aula. ANPE Canarias refuerza así su compromiso con la dignificación de la profesión docente y con la promoción de una educación pública de calidad. Es, en suma, un homenaje a quienes, con su vocación, hacen posible que miles de futuros se construyan día a día en nuestras aulas. Puedes verlas todas en nuestro canal de Youtube.
Ricardo Acosta, director CEIP La Vega (Icod de los Vinos): “Igualdad de oportunidades: eso es, para mí, la enseñanza pública”.
El CEIP La Vega, en Icod de los Vinos, es mucho más que un centro educativo. Es un espacio de oportunidades, donde se cultivan talentos inesperados y se construyen futuros a base de compromiso, vocación y una firme apuesta por la enseñanza pública. Su director, Ricardo Acosta, lleva nueve años al frente de un proyecto educativo que ha transformado la realidad de un colegio que estuvo al borde del cierre y que hoy alberga a más de 200 alumnos.
Uno de los proyectos más innovadores es Ajebótica, que fusiona el ajedrez con la robótica educativa. “Muchos niños no sabían lo que es el ajedrez y menos aún tenían un tablero. Empezamos con movimientos básicos, y pronto se engancharon”, explica Acosta. Pero lo que parecía una clase más se convirtió en una revelación. “Un alumno con escasos recursos me pidió repetir la clase al día siguiente. Me ganó una partida sin tener conocimientos previos. La orientadora le hizo pruebas y descubrimos que era un talento matemático. Hoy es ingeniero”, relata con orgullo.
El CEIP La Vega está ubicado en un entorno con dificultades socioeconómicas. “Muchos de nuestros alumnos no tienen acceso a recursos básicos fuera del colegio. A veces lo único que hacen en todo el día, en cuanto a aprendizaje, es lo que pasa dentro del aula”, destaca el director. Por eso, insiste en que la educación pública debe ser sinónimo de igualdad de oportunidades.
Su llegada al centro fue, cuanto menos, peculiar. “Venía como especialista en Educación Física. Una profesora me dio las llaves porque se marchaba. Me dijo: ‘El colegio es tuyo’. Nadie más quedó. Supe después que al centro le daban solo un año de vida”, recuerda. Desde entonces, con la ayuda de amigos y familiares, comenzó a reformar el colegio los fines de semana y en festivos. Empezaron con 32 alumnos. Hoy, son más de 200.
Más allá de los números, Ricardo Acosta, premio Educa Abanca 2024 como segundo mejor docente de España, insiste en la necesidad de revalorizar al profesorado. “En los últimos años, hemos perdido el respeto que se tenía antes al maestro. Pero todos los sectores profesionales salen de uno. La educación debe ser el principio de todo”. Para él, el papel del profesorado va más allá de transmitir conocimientos: “Moldeamos a las personas. Enseñamos a elegir, a pensar, a construir un futuro. Y eso es algo que toda la sociedad debería reconocer”.
Con proyectos como Ajebótica, y una visión clara de lo que significa enseñar en contextos de vulnerabilidad, el CEIP La Vega se ha convertido en un ejemplo de cómo la vocación y el compromiso pueden cambiar vidas.
“Todos los sectores profesionales salen de un maestro”
“La educación debe ser el principio de todo”
“La escuela pública es un refugio, un motor y una promesa”
Belén Machín, maestra en el CEIP Costa Teguise: “La escuela pública debe enseñar a ser feliz”.
Carmen Belén Machín lleva más de 20 años enseñando y aún se emociona cada mañana al ver las caras de ilusión de su alumnado. Es maestra en el CEIP Costa Teguise, en Lanzarote, y tiene claro que la escuela pública no puede limitarse a transmitir contenidos: debe ser una experiencia de vida, un lugar donde se cultiva la alegría, la identidad y el bienestar emocional.
“Un niño feliz aprende el doble que uno al que no le gusta el cole”, afirma con convicción. Por eso, su aula es un espacio en el que el juego, las sorpresas y las emociones tienen tanto peso como las letras y los números. “Intento siempre sorprenderles, jugar con ellos, hacerles alguna perrería. El cole debe ser un lugar donde se aprende, pero también donde se disfruta”, dice.
Su enfoque educativo es claro: formar personas felices, conscientes de su entorno y de sí mismas.
Machín subraya una carencia profunda en el sistema educativo: la gestión emocional. “Nos perdemos en los contenidos curriculares y se nos olvida escuchar. La frustración es una gran olvidada en la escuela. Hay que enseñar que no pasa nada por frustrarse y dar herramientas para gestionar esas emociones”. En su aula siempre hay tiempo para una asamblea, para hablar de lo que pasa en el mundo o en sus casas, desde una canción de Shakira hasta un conflicto entre amigos.
Además, desde el proyecto de Patrimonio que coordina en el centro, lucha por preservar la identidad canaria. “Tenemos una forma de hablar que no podemos perder. Palabras como achipenque o bacinilla están desapareciendo”. Por eso, cada semana regala a las aulas una palabra canaria para que se trabaje y se celebre. Al final del curso, el reto es crear algo creativo con ese vocabulario. “Salieron cosas preciosas, como un diálogo entre un padre peninsular y un hijo canario que discutían si se decía chola o chancla”.
Para Belén, la escuela pública es un espacio imprescindible, especialmente en un contexto como el actual, donde la diversidad cultural y social se entrelaza cada día. “Tenemos que enseñar para la sociedad real. Y esa sociedad exige que los niños estén preparados emocionalmente, no solo académicamente”.
Desde el calor de su aula, Belén Machín recuerda a todos —docentes, familias, administraciones— que la escuela pública es mucho más que contenidos: es un lugar donde se aprende a ser persona.
“Un niño feliz aprende el doble: esa es la base de mi aula”
“La educación pública no puede olvidarse de enseñar a gestionar emociones”
“La escuela tiene que preparar para la vida, no solo para los exámenes”