Desde ANPE Canarias siempre hemos insistido en la necesidad de reducir las ratios alumnado-docente para mejorar la calidad educativa en las Islas y llevamos tiempo reclamando que se negocie un plan plurianual con el fin de llevarlo a cabo.

Considerando la importancia de la medida, y dado que no nos gusta quedarnos en generalidades, hemos elaborado una propuesta detallada de disminución de ratios entre los cursos 2024-2025 y 2026-2027 desde Educación Infantil hasta el final de la enseñanza obligatoria, y se la hemos hecho llegar tanto a la Administración educativa como a los diferentes grupos políticos del Parlamento de Canarias, con el fin de que sirva de punto de partida para la negociación. Hemos tenido en cuenta la realidad social del Archipiélago y la del sistema de enseñanza e integrado las demandas que hemos ido recibiendo del conjunto del profesorado.

La propuesta incide en las primeras etapas educativas debido a un fenómeno que va tener un gran impacto en el sistema en los próximos años: el descenso de la natalidad. En los niveles iniciales, los grupos tienen ya a menudo ratios inferiores a las que marca la normativa. Por ello, planteamos comenzar con una bajada más acusada en infantil y primaria y, en los cursos sucesivos, ir aplicando reducciones en ESO (este plan se complementaría con otro específico para rebajar ratios en Bachillerato, FP y otras enseñanzas).

Un factor que hemos tenido muy presente es el del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE), que precisa mayor atención para un proceso de aprendizaje exitoso. Por ello, planteamos que, por cada alumno con NEAE en el aula, se rebaje en un alumno más la ratio máxima, o en dos si se trata de un alumno con adaptación curricular (AC o ACUS).

Para los casos en que, por razones de espacio, no se puedan cumplir las ratios, proponemos la docencia compartida con dos tutores o tutoras en el aula y grupos que no superen la ratio correspondiente en más de un 50%. Esto no sería aplicable al primer ciclo de infantil (0-3 años) ni al primer curso del segundo ciclo (3-4 años), en los que las ratios se habrían de cumplir estrictamente y no se permitiría la docencia compartida, con la única excepción de que haya más demanda que plazas y no existan alternativas de escolarización en otros centros de la zona.

Los beneficios de la reducción de ratios son múltiples. Durante la pandemia, cuando se rebajó el número de estudiantes por aula debido a razones sanitarias, pudimos comprobar algunos de ellos.

Para empezar, permite una atención más individualizada al alumnado, facilitando a los docentes abordar las necesidades de cada estudiante, apoyar a quienes tienen necesidades educativas especiales y llevar a cabo una evaluación más precisa, en la línea de los principios del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) que introduce la LOMLOE.

En este sentido, es una de las medidas más efectivas para mitigar las desigualdades educativas, al permitir brindar a todo el alumnado una atención equitativa, independientemente de su nivel de habilidad, de sus recursos o de su zona geográfica.

Menores ratios facilitan también la gestión del comportamiento en el aula, al generar un mejor clima que fomenta las habilidades sociales, la colaboración y la participación activa en clase, así como un mejor desarrollo competencial, lo que favorece el aprendizaje.

Confiamos en que se lleve la propuesta a negociación lo antes posible, con el objetivo de llegar a un acuerdo que permita aplicarla ya desde el próximo curso.

ANPE REIVINDICA - Ratios (6) (1)