La Consejería de Educación ha hecho llegar recientemente al Consejo Escolar de Canarias el borrador del Plan de adaptación de los centros educativos a las altas temperaturas. Los objetivos estratégicos son dos: mejorar la calidad y sostenibilidad de las futuras infraestructuras educativas, desarrollando espacios educativos polivalentes, transversales e innovadores que respondan, entre otros aspectos, a la actual crisis climática; y actualizar los centros educativos ya existentes a través de actuaciones de reformas, acondicionamiento y mejora, priorizando la implementación de energías renovables y la eficiencia energética, impulsando la naturalización de los espacios y la creación de entornos educativos amables.
El Consejo Escolar de Canarias, en el que tenemos representación, está preparando un documento de aportaciones al borrador del plan. Desde ANPE Canarias hemos realizado algunas propuestas.
En primer lugar, consideramos que deberían suspenderse las clases si se alcanza un determinado valor de sensación térmica. 33º C de temperatura con un 65% de humedad, por ejemplo, dan lugar a una sensación térmica superior a los 41º de temperatura. Entendemos, asimismo, que los centros en los que se produzcan episodios de sensación térmica extremos o con temperaturas superiores a los 33 ºC deben contar con sistemas adecuados de aire acondicionado.
Por otro lado, en los últimos días del mes de junio, así como en las primeras semanas del mes de septiembre, se deben tener en cuenta los umbrales de calor que afectan seriamente la salud del alumnado, del profesorado y del resto personal según los criterios expuestos en el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperatura sobre la Salud, año 2024, del Ministerio de Sanidad.
Respecto a la instalación de sensores, ha de haber una partida presupuestaria específica para ello. En todo caso, los 120 centros en los que se prevé la instalación de sensores son insuficientes, dado que la mayoría de los municipios de la zona sur de las Islas soportan, en numerosos momentos del año, altas temperaturas. Por otra parte, debe ser la Consejería de Educación quien cubra los gastos de instalación de los ventiladores y equipos de acondicionamiento climático, y no los centros con su propio presupuesto.
Los objetivos expuestos en el protocolo sobre la creación de espacios educativos amables tardarán tiempo en alcanzarse. Por tanto, vemos necesario que se pongan en marcha medidas provisionales que puedan producir efectos a más corto plazo. El Consejo Escolar ha solicitado a los distintos equipos de la Consejería de Educación, desde hace décadas, el techado de las canchas deportivas de los centros escolares. Si bien es cierto que se proponen unos criterios de priorización, insistimos en que es una necesidad imperiosa que no se debe demorar.
Por último, consideramos necesario un proceso de evaluación constante, porque, aunque las ideas sobre el papel puedan parecer adecuadas, solo la práctica demostrará si lo son verdaderamente o no.