No es ningún secreto que las infraestructuras educativas públicas de Canarias están, en términos generales, en mal estado. Muchos centros están deteriorados y obsoletos por falta de mantenimiento y renovación, y otros sufren de problemas de masificación y se han quedado pequeños para atender a todo el alumnado.
Para afrontar estos problemas hacen falta recursos, y también una buena planificación. Desde ANPE Canarias reclamamos un plan estratégico plurianual de infraestructuras educativas que esté bien financiado, sea realista, se ajuste a las necesidades actuales y futuras y tenga garantías de ejecución.
Este plan debe recoger, entre otras acciones, la ampliación de centros educativos y la construcción de otros nuevos para reducir la masificación (especialmente en la zona sur de algunas de las islas), a partir de una proyección que tome como referencia las previsiones demográficas.
Es esencial que incluya también medidas de adaptación a las altas temperaturas. Partiendo de un análisis riguroso de cada centro, han de techarse patios y canchas, y crearse más zonas de sombra; hay que conseguir tener edificios más eficientes energéticamente, en los que se tenga en cuenta la mejor orientación, se implanten sistemas de aislamiento térmico y se garantice una buena circulación del aire; y hay que implantar sistemas de climatización donde sea necesario, garantizando la potencia eléctrica suficiente. Es necesario, además, terminar de eliminar las aulas modulares (los llamados barracones) e instalar chorros o dispensadores de agua potable.
Es urgente llevar a cabo reformas para garantizar la seguridad de la comunidad educativa, así como mejorar la accesibilidad de los centros. Las instalaciones precisan, en general, de una intensa labor de modernización, con el fin de crear espacios confortables que favorezcan procesos de enseñanza-aprendizaje en las mejores condiciones.
Por otro lado, las tareas de mantenimiento y conservación son actualmente insuficientes. Han de intensificarse. Se debe trabajar en el establecimiento de una coordinación más estrecha con los ayuntamientos para el mantenimiento de los colegios, impulsando, para ello, un acuerdo con la Federación Canaria de Municipios.
Continuamos teniendo una asignatura pendiente con el amianto. Deben retirarse, con todas las medidas de seguridad, los techos de este material que aún permanecen en algunos centros.
En cuanto a las obras, hace falta diseñar medidas para evitar que los obstáculos jurídicos las impidan o retrasen y solucionar un problema que sufren algunas islas no capitalinas, en las que en ocasiones no hay empresas locales que se hagan cargo de los trabajos y a las empresas de fuera no les interesa por los costes.
No basta, en todo caso, con mejorar las infraestructuras. También se tiene que dotar de equipamiento a los centros y renovar el ya existente. Esto incluye, entre otras cosas, más equipos informáticos y otras herramientas digitales (pizarras digitales, proyectores, pantallas…) y la mejora de su mantenimiento.